Los colores que se emplean en el Arte no solo tienen una química peculiar. Tiene unas costumbres históricas, psicologías, prejuicios, semióticas y un misticismos.
Las personas asimilan ciertos tonos a determinadas emociones casi de forma natural. Todos los colores tienen un significado sentimental para las personas, y los artistas lo saben y los utilizan.
Las tonalidades cálidas crean atmosferas acogedoras. En función de la intensidad del color será más o menos amenazante.
El naranja y el amarillo siempre se asimilar a esa sensación de calidez, de estar en un lugar seguro. Solemos asimilar estos colores con emociones y sentimientos positivos, con que su uso puede ser premeditado para crear estas sensaciones en quienes observen las piezas.
Las tonalidades frías implican unas emociones más distantes o menos acogedoras en aquellos que ven las obras de arte.
Estos colores suelen ser también los de la naturaleza, prados, montañas, ríos y mares. El violeta siempre ha sido empleado como un color distintivo, pero su significado ha ido variando en función del contexto.
Los tonos blancos, beiges o claros en general se basan en sensaciones como la limpieza y la luminosidad. Combinan muy bien todos los demás y reflejan una parte brillante, esperanzadora, inocencia, pureza.
Los tonos oscuros se utilizan para asociar emociones más complejas, la tristeza, la melancolía o la muerte. Se pueden combinar con grises que pueden sugerir lo mismo.
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